En terapia, a menudo trabajo con personas que parecen confundir la asertividad con la agresividad. «No quiero ser malo» o «no quiero enfadar a esa persona» son frases que escucho cuando enseño a los clientes a establecer límites para ellos mismos o a expresar lo que quieren de alguien. Ser asertivo consiste en respetarse a uno mismo y a la otra persona sin comprometer los derechos de ninguno de los dos como seres humanos. El comportamiento asertivo construye relaciones sólidas con los demás y permite que los demás se sientan escuchados y comprendidos aunque no estés necesariamente de acuerdo con ellos. Las siguientes son algunas características que he encontrado que poseen las personas asertivas.
1. Tienen confianza en sí mismas. Para ser asertivo, tienes que saber cuáles son tus límites; qué te gusta y qué no te gusta. Muchas personas que luchan con la asertividad permiten que otros tomen decisiones por ellos, así que cuando les pregunto «¿Cuál es tu comida favorita?» honestamente no lo saben. Si esto te resulta familiar, es una gran oportunidad para la autoexploración. Observa las cosas que te rodean y empieza a formarte una opinión; ¿estás interesado en una actividad porque te interesa genuinamente participar en ella por tu cuenta o te dedicas a ella porque todos los demás lo hacen?
2. Respetan las opiniones de los demás. Las personas asertivas se sienten seguras de sus opiniones y creencias, pero no sienten que sea necesario insultar o degradar las opiniones de otra persona. Alguien puede tener una opinión muy firme sobre las leyes del aborto; una persona asertiva puede estar en desacuerdo y compartir sus opiniones sobre el tema sin insultar la postura de esa persona.
3. Las personas asertivas tienen la capacidad de validar los sentimientos de los demás. Una persona puede expresar lo siguiente: «Eres un estúpido por enfadarte por esto». En lugar de minimizar la experiencia de la persona, una persona asertiva puede decir «Entiendo que estés frustrado conmigo, pero me mantengo firme en mi decisión.» La gente suele querer sentirse comprendida.
4. Las personas asertivas saben escuchar. A menudo, cuando trabajo con parejas y familias en sesión, están tan centrados en cómo van a responder a la otra persona que dejan de escuchar lo que se dice. Como resultado, ninguna de las partes acaba sintiéndose escuchada. El comportamiento asertivo incluye ser un oyente activo; comportamiento que incluye un buen contacto visual, no interrumpir cuando la otra persona está hablando, y reflejar lo que se acaba de decir para confirmar que la información se ha escuchado correctamente.
5. Resolución de problemas y compromiso. Otro rasgo clave de la asertividad es el intento de llegar a un compromiso en una situación. No todo el mundo consigue todo lo que quiere cuando se involucra en un compromiso, pero algunas necesidades se satisfacen para todas las partes involucradas. El compromiso muestra que las necesidades de la otra persona han sido escuchadas y es el intento de proporcionar una solución con la que todos puedan estar contentos.
La asertividad puede ser un rasgo difícil de dominar si has tenido dificultades en el pasado para defenderte. Pero como cualquier otro hábito nuevo, se hace más fácil de hacer con la práctica. Recuerda que tus necesidades son tan valiosas como las de quienes te rodean. Es posible que algunas personas se alejen cuando introduzcas tu nuevo y asertivo yo. Piensa en el valor que aportan a tu vida; puede que descubras que eran personas tóxicas de las que probablemente estés mejor sin ellas. También puede descubrir que cuanto más asertivo sea, empezará a rodearse de nuevas personas que valoran y respetan a la persona segura de sí misma en la que se ha convertido.