ACEITES ESENCIALES, UN ALIVIO PARA EL TRACTO RESPIRATORIO

Todo el mundo al menos una vez en su vida ha puesto en práctica uno de los remedios caseros más famosos y prácticos para los resfriados, sinusitis o tos, que consiste en armarse con una olla de agua hirviendo, cubrirse la cabeza con una toalla y esperar a que el vapor haga su efecto en las vías respiratorias, atascadas como el centro de la ciudad en hora punta.

Hablamos de las inhalaciones de vapor con aceites esenciales, que consisten en dispersar unas gotas de uno o varios aceites esenciales en agua hirviendo e inhalar los vapores con la boca abierta.

Los aceites esenciales, al estar formados por moléculas volátiles, atraviesan fácilmente las vías respiratorias y actúan directamente sobre la inflamación.

En caso de que el resfriado te pille desprevenido y sin los frascos de esencias perfumadas, puedes sustituirlos respirando los vapores de una infusión caliente a base de plantas balsámicas como, Menta, Pino, Mirto o Helenio.

Especificamos que los aceites esenciales, al ser sustancias que a menudo pueden causar irritación por estar muy concentradas en principios activos, deben utilizarse a baja dosis: Entre 8 y 10 gotas en un bote de agua son suficientes para conseguir el efecto deseado.

Volviendo a las enfermedades de las estaciones frías que hacen correr la nariz, los aceites esenciales más adecuados para contrarrestarlas son los que tienen acciones expectorantes, balsámicas y antisépticas. He aquí una breve lista.

Aceites con acción expectorante: provocan irritación en la mucosa, provocando un aumento de la secreción bronquial (para la defensa) y facilitan la expulsión de flemas y mucosidades a través de la tos.

Entre ellos, el aceite esencial de tomillo, el de eucalipto, el de albahaca, el de pino silvestre, el de sándalo y el de hinojo.

Aceites balsámicos: actúan como emolientes sobre la mucosa de las vías respiratorias altas, pueden tener una acción sedante sobre la garganta e inhiben la formación del esputo.

Entre los principales aceites esenciales con acción balsámica encontramos el eucalipto, la menta, el pino silvestre o de montaña, la lavanda, el tomillo, pero también el benjuí (extraído del género Styrax benzoin), el incienso, la mirra, el bálsamo de Tolú y el bálsamo del Perú.

Aceites con acción antiséptica: son desinfectantes que actúan sobre el líquido superficial de las vías respiratorias y pueden ser útiles en todas las infecciones de los pulmones, bronquios y tráquea.

Entre ellos se encuentran el aceite esencial de tomillo, salvia, eucalipto, hisopo, pino silvestre o de montaña, árbol del té (extraído del género Malaleuca alternifolia), mirto y niaulí (extraído del género Malaleuca viridiflora).

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