Alcance del gol de campo

El gol de campo más largo de la historia del fútbol americano registrado fue de 69 yardas, establecido por el pateador colegial Ove Johansson, nacido en Suecia, en un partido de fútbol americano de la Abilene Christian University de 1976 contra la East Texas State University (ahora Texas A&M Commerce) en el Shotwell Stadium de Abilene. El gol de campo exitoso más largo en la NFL fue de 64 yardas y lo completó Matt Prater en 2013. El récord de la NCAA es de 67 yardas y lo tienen 3 pateadores, Russell Erxleben de Texas, Steve Little de Arkansas y Joe Williams de la Universidad de Wichita State. Los tres pateadores lograron esa hazaña en las temporadas universitarias 1977-1978. Cabe destacar que Johansson, Erxleben y Little fracasaron estrepitosamente cuando entraron en la NFL -el fracaso de Johansson se debió a una lesión, pero los otros dos fueron fracasos de primera ronda del draft.

El récord de la CFL es de 62 yardas en poder de Paul McCallum, el de la pretemporada de la NFL de 65 yardas en poder de Ola Kimrin, el récord amateur independiente (así como el récord sin ayuda de un tee; los tees no están permitidos en la NFL y están prohibidos en la NCAA desde 1989) es de 68 yardas, en poder de Fabrizio Scaccia, y el récord de la escuela secundaria, de 68 yardas, en poder de Dirk Borgognone; la escuela secundaria tiene postes de gol más anchos y trata un intento de gol de campo que cae corto en el campo de juego igual que un punt, lo que hace que los intentos más largos sean mucho menos arriesgados. El récord de fútbol sala, con postes más estrechos y altos, es de 63 yardas (establecido por Aaron Mills), que es prácticamente lo más largo que se puede hacer en esa variante del deporte, ya que el campo en el fútbol sala (incluyendo las dos zonas de anotación) sólo mide 66 yardas. Scaccia, mientras jugaba al fútbol sala, intentó una patada de 64 yardas que estuvo a unos centímetros de tener éxito, golpeando el travesaño. A veces se han intentado goles de campo más largos; el intento más largo en la NFL, que se quedó muy corto y fue pateado contra el viento, fue de 76 yardas, intentado por Sebastian Janikowski de los Oakland Raiders, en un partido del 28 de septiembre de 2008 contra los San Diego Chargers.

La NFL Europa recompensaba a los pateadores que pateaban con éxito un gol de campo de más de 50 yardas con un punto extra, haciendo que dichos goles de campo valieran 4 puntos en lugar de 3; esta regla ha sido adoptada desde entonces por la Liga de Fútbol de las Estrellas.

El gol de campo más corto posible según las estrategias actuales es de algo más de 17 yardas en el fútbol americano y de 8 yardas en el fútbol canadiense (el fútbol canadiense requiere que el balón se lance al menos a una yarda de la zona de anotación). En teoría, un gol de campo podría intentarse desde una distancia más corta siempre que el poseedor se mantenga detrás de la línea de golpeo (o a través de un drop kick en cualquier punto del campo), pero en la práctica esto nunca ha ocurrido.

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