Tokio – El régimen de Kim Jong Un amenaza con enviar tropas a la zona desmilitarizada que separa a Corea del Norte y Corea del Sur tras demoler el edificio que servía de misión diplomática entre los rivales. En la última semana, Pyongyang ha descargado su furia sobre los desertores norcoreanos que viven en el Sur y que han estado volando panfletos antigubernamentales de vuelta a la frontera.
El edificio de la embajada de facto era conocido oficialmente como la Oficina de Enlace Intercoreana. Sólo se estableció en 2018, situándose justo al norte de la frontera fuertemente militarizada en la ciudad de Kaesong.
El martes, Corea del Norte lo arrasó, y los medios estatales mostraron un vídeo de la demolición.
Pero aunque fue un movimiento muy provocador, y profundamente simbólico, no fue el final. Pyongyang ha amenazado con ir más allá, redesplegando fuerzas militares en zonas fronterizas que han sido desmilitarizadas durante años.
Los movimientos podrían incluir la reconstrucción de puestos de guardia y el reinicio de ejercicios militares cerca de la frontera. Tales acciones revertirían efectivamente los acuerdos alcanzados entre las dos partes en 2018, destinados a disminuir las tensiones.
Hubo informes no confirmados en los medios de comunicación surcoreanos de que las fuerzas norcoreanas ya se habían trasladado a la zona donde estaba la oficina de enlace de Kaesong el miércoles. Ese sitio está justo al norte de la DMZ, pero dada la naturaleza conjunta Norte-Sur del trabajo allí, el movimiento de las tropas en el área fue otra clara señal de la ira de Pyongyang.
Es importante señalar que Kim Yo Jong, la hermana menor del líder Kim Jong Un, ha tomado la iniciativa de anunciar públicamente todas las últimas acciones de Corea del Norte. Fue ella quien advirtió que la oficina de enlace sería destruida si no cesaba el reparto de folletos.
Surgió como una figura clave a principios de este año, cuando su hermano desapareció durante tres semanas y hubo rumores de que podría estar en línea para asumir el papel en la parte superior de la dinastía gobernante Kim.
Pero su hermano ha reaparecido, y las motivaciones internas para poner a Kim Yo Jong en un lugar tan destacado ahora siguen eludiendo a los analistas de Corea del Norte.
La economía del Norte se ha visto azotada por las sanciones -probablemente agravadas por la pandemia de coronavirus- y, en última instancia, los expertos consideran que todas las gesticulaciones recientes son la forma que tiene Pyongyang de intentar extraer concesiones de Seúl, y de Washington.
Mientras tanto, con las negociaciones nucleares que parecían tan prometedoras hace apenas un par de años completamente estancadas y las relaciones con el Sur en un estado calamitoso, Corea del Norte puede llevar a cabo su trabajo nuclear sin trabas.