Por Neil Bauman, Ph.D.
© Agosto, 2006
Como personas con problemas de audición, tenemos derecho a elegir cómo queremos que nos llamen. En su gran mayoría, preferimos que nos llamen «personas con problemas de audición». Sin embargo, muchas personas bienintencionadas, pero mal informadas, persisten en referirse a nosotros como «discapacitados auditivos»
Se supone que el término «discapacitado auditivo» es el término políticamente correcto para referirse a todas las personas sordas y con dificultades auditivas en un sentido colectivo. Sin embargo, este término es casi universalmente resentido tanto por las personas sordas como por las personas con problemas de audición y, como resultado, definitivamente no es políticamente correcto.
Así que no tengas miedo de usar nuestros términos preferidos. Si decimos que somos duros de oído, refiéranse a nosotros como personas duras de oído. Si decimos que somos sordos, utilice la palabra sordos. Estos son los términos que queremos que utilices. No digas nunca que somos discapacitados auditivos. La mayoría de nosotros odiamos ese término.
Si quieres hablar de todas las personas con pérdidas auditivas, di «personas con pérdida auditiva» o «personas sordas y con dificultades auditivas». Si quieres ser más específico y destacar un grupo u otro, o bien di «personas sordas», o bien «personas con problemas de audición».
En realidad, «personas con pérdida auditiva» es el mejor término ya que pone la palabra «personas» en primer lugar, no nuestra discapacidad. Al fin y al cabo, somos personas ante todo, pero personas que casualmente tienen oídos que no funcionan muy bien.
Y ya que estamos, las personas con problemas de audición deberíamos decir siempre «tengo una pérdida auditiva» y no «soy duro de oído». ¿Por qué? Porque cuando digo «tengo problemas de audición» se deduce que no soy más que un gran oído roto. Sin embargo, cuando digo «tengo una pérdida de audición» estoy diciendo que soy una persona que casualmente tiene una pérdida de audición, pero la pérdida de audición no me define, como tampoco me define mi gran altura. Es sólo una de las muchas características que hacen que yo sea yo.