En el mundo actual, siempre conectado y sobrecargado de información, puede ser difícil mantener la concentración durante todo el día. ¿Con qué frecuencia se distrae con el parloteo interno durante las reuniones? O, ¿con qué frecuencia encuentra que los correos electrónicos le apartan del trabajo más importante?
Hemos encuestado y evaluado a más de 35.000 líderes de miles de empresas en más de 100 países, y hemos descubierto que el 73% de los líderes se sienten distraídos de su tarea actual «algunas» o «la mayoría» de las veces.
También hemos descubierto que el 67% de los líderes describen sus mentes como desordenadas, lo que significa que tienen muchos pensamientos y una falta de prioridades claras. Como resultado, el 65% de los encuestados no logra completar sus tareas. Las mayores fuentes de distracción son: las exigencias de otras personas (26%), las prioridades que compiten entre sí (25%), las distracciones generales (13%) y una carga de trabajo demasiado grande (12%). No es de extrañar que el 96% de los líderes encuestados dijera que «mejorar la concentración» sería valioso o extremadamente valioso.
Aunque estas cifras son alarmantes, también representan un enorme potencial para mejorar el rendimiento y la eficacia. Si hay un secreto para la eficacia, dijo el pionero del liderazgo Peter Drucker, es la concentración. En nuestra época de sobrecarga de información, esto es más cierto ahora que nunca.
La capacidad de aplicar un enfoque tranquilo y claro a las tareas correctas -en el momento adecuado, de la manera correcta- es la clave para obtener resultados excepcionales. Incluso un segundo de enfoque equivocado puede significar una pérdida de tiempo o, lo que es peor, perder una oportunidad clave, como una señal facial de un cliente durante una negociación difícil.
Uno de los directores generales que entrevistamos, Jean-Francois van Boxmeer, de Heineken, lo expresó así: «Mi función no permite la falta de concentración. No puedo permitirme el lujo de distraerme. Debo estar concentrado. Llevo 15 años entrenando mi concentración en el trabajo, momento a momento. Siento que el cerebro es como un músculo, y lo ejercito todo el tiempo»
De hecho, en nuestros diez años de experiencia, hemos observado una correlación directa entre el nivel de enfoque de una persona y su progreso profesional. De los miles de líderes con los que hemos trabajado, la gran mayoría posee una capacidad de concentración superior a la media. Esto no quiere decir que una concentración excepcional sea un camino seguro hacia la cima. Pero ciertamente, sin enfoque, el éxito profesional será mucho más difícil de alcanzar. Para los aspirantes a líderes, la concentración debería ser un mantra diario.
Se ha escrito mucho sobre cómo se puede mantener mejor la concentración, y la práctica de la atención plena es obviamente la base para mejorar la concentración. Pero en nuestra investigación, observamos algunas áreas nuevas que le permiten gestionar su enfoque. A continuación te explicamos cómo hacerlo.
Entender tu patrón de enfoque diario
Observamos cómo los líderes son capaces de concentrarse durante el día, y encontramos un patrón muy claro.
El patrón varía ligeramente de una persona a otra, y entender este patrón es muy útil para comprender cómo debes planificar tu día. Con este patrón en mente, considera qué actividades realizas en distintos momentos del día. Asegúrate de que tus actividades y reuniones más importantes se planifican en torno a las horas en las que tu concentración es mayor. Y que planifiques hacer tareas más prácticas y activas durante las horas en las que tu concentración es más débil.
Conoce qué influye en tu concentración
Tu concentración depende mucho de muchos factores físicos y mentales también. Algunos son buenos para tu concentración, otros no.
El más obvio es el sueño; si no duermes lo suficiente tu concentración y juicio se resienten. Además, el ejercicio y los tipos de alimentos que comemos, impactan significativamente en tu capacidad de mantenerte concentrado.
Más sorprendente aún, el café, al contrario de lo que muchos creemos, no es útil para tu concentración. La cafeína suprime tu somnolencia, pero dispersa tu concentración. Ni que decir tiene que el alcohol también es malo para la concentración.
Nuestros estados mentales también influyen en nuestra concentración. Las emociones negativas generalmente la disminuyen. Paul Ekman, un innovador investigador de las emociones de la Universidad de California en San Francisco, describió cómo las emociones difíciles crean un periodo refractario que reduce tu concentración en el objeto de tu emoción. En otras palabras, si te enfadas, es difícil centrarte en otra cosa que no sea lo que te ha hecho enfadar. Lo mismo ocurre con los deseos. Las emociones positivas generalmente tienen el efecto contrario, mejorando y abriendo tu enfoque para ver el panorama general.
El enfoque no es un juego de suma cero. El enfoque se puede entrenar y planificar. Y con un poco de esfuerzo, tu enfoque puede mantenerse durante todo el día.