El ciclo de los supercontinentes, por el que se considera que la historia de la Tierra ha estado marcada por el ensamblaje y la ruptura episódica de los supercontinentes, ha influido en el registro de las rocas más que cualquier otro fenómeno geológico, y su reconocimiento es posiblemente el avance más importante en la ciencia de la Tierra desde la tectónica de placas. Documenta aspectos fundamentales de la dinámica interior del planeta y ha trazado el curso de la evolución tectónica, climática y biogeoquímica de la Tierra durante miles de millones de años. Sin embargo, aunque la comprensión generalizada de la importancia de los supercontinentes en la historia de la Tierra es un hecho relativamente reciente, el ciclo de los supercontinentes se propuso por primera vez hace treinta años y la episodicidad de los procesos tectónicos se reconoció mucho antes de que la tectónica de placas ofreciera una explicación potencial de su ocurrencia. Ahora que el interés por el ciclo de los supercontinentes está cobrando fuerza y la bibliografía se está ampliando rápidamente, resulta instructivo recordar el contexto histórico en el que se desarrolló el concepto. Aquí examinamos el ciclo de los supercontinentes desde esta perspectiva, trazando su desarrollo desde el reconocimiento temprano de la episodicidad a largo plazo en los procesos tectónicos, pasando por la identificación de los ciclos tectónicos tras la llegada de la tectónica de placas, hasta la primera constatación de que estos fenómenos eran la manifestación del ensamblaje y la ruptura episódica de los supercontinentes.