Aunque las convulsiones no siempre pueden predecirse o controlarse, hay cosas que puede hacer para reducir las posibilidades de tener una. Sus acciones también tienen el poder de aumentar su probabilidad de tener una convulsión.
¿Cuándo aumento mis posibilidades de tener convulsiones?
Muchas personas con epilepsia dicen que la privación del sueño, el aumento del consumo de alcohol y los cambios menstruales conducen a un aumento de la frecuencia de las convulsiones. Probablemente ya lo sabías. Lo que quizá quiera saber es por qué. La razón es que todas estas situaciones cambian la excitabilidad de su cerebro. Su cerebro es muy sensible a estos cambios, y si hay un cambio lo suficientemente grande respecto a lo normal, puede empezar a tener una convulsión.
El estrés emocional también puede provocar convulsiones. El estrés emocional suele estar relacionado con una situación o evento que tiene un significado personal para usted. Puede tratarse de una situación en la que siente una pérdida de control. En particular, el tipo de estrés emocional que provoca la mayoría de las convulsiones es la preocupación o el miedo. Un estudio descubrió que, en algunos pacientes, la ansiedad -otro término para designar la preocupación y el miedo- provocaba hiperventilación (respiración excesiva) y un aumento de la actividad cerebral anormal y de las convulsiones. Otras emociones que se han relacionado con el estrés y las convulsiones son la frustración y la ira. A veces el estrés es un acontecimiento «importante», pero la mayoría de las veces las personas informan de una acumulación de molestias o estrés diarios.
¿Cómo puedo disminuir las posibilidades de tener convulsiones por estrés o preocupación?
Independientemente de la causa, probablemente la mejor manera de disminuir la frecuencia de las convulsiones es seguir muy de cerca su programa de medicación. La causa número uno de aumento de las convulsiones es el incumplimiento de la medicación. Cuando no se toma la medicación anticonvulsiva o se toma menos de lo que se debe, los niveles de medicación en el cuerpo y el cerebro disminuyen. Su cerebro puede empezar a mostrar una actividad inusual, lo que puede provocar convulsiones.
Cuando el estrés o la preocupación son un factor desencadenante, hay una serie de cosas que podría hacer para disminuir la posibilidad de una convulsión.
- En primer lugar, analice cómo le afecta el estrés y cómo lo afronta. ¿Hay alguna manera de disminuir su impacto en usted? Hay formas de gestionar mejor el estrés?
- ¿Tiene problemas para dormir? La dificultad para dormir es un síntoma común del estrés y de los problemas de ánimo. Dado que la falta de sueño es un desencadenante común de las convulsiones, es importante prestar atención al sueño en estos momentos.
- ¿Está comiendo normalmente? Los hábitos alimenticios suelen alterarse cuando las personas sienten estrés. Algunas personas comen más, otras no comen o tienen malos hábitos alimenticios. Algunas personas descubren que tienen más convulsiones cuando no comen bien o pasan largos períodos sin comer. ¿Tal vez esté tomando demasiado café o bebidas con cafeína? Esto puede empeorar las convulsiones al interrumpir el sueño?
- ¿Es el alcohol o el uso de drogas «recreativas» un problema? A veces el uso o el abuso de sustancias es un problema cuando las personas tienen problemas de humor o se sienten estresadas. No es una buena idea si tiene convulsiones. Algunas personas son más propensas a tener convulsiones durante o después del consumo de alcohol y muchas drogas «recreativas» pueden empeorar las convulsiones.
¿Qué puedo hacer?
Identificar los posibles factores desencadenantes y considerar qué puede hacer para modificar o cambiar su estilo de vida o sus comportamientos. El objetivo es reducir la probabilidad de sufrir convulsiones. Consulte las estrategias de autogestión para gestionar los factores desencadenantes de las crisis. (enlace a Cómo gestionar mi epilepsia). Aquí tienes algunas ideas.
- Inicie (y continúe) un patrón de sueño regular. Intente acostarse y levantarse a la misma hora todos los días.
- Limite su consumo de alcohol a unas pocas (o ninguna) bebidas, y no beba con demasiada frecuencia.
- Busque una salida que le ayude a lidiar con la ira, la frustración y las preocupaciones de su vida. El ejercicio, la música o la conversación funcionan para muchas personas.